Es posible que hayas presenciado una rabieta de tu niño pequeño cuando te diste cuenta de que tenías que hacer una parada no planeada en el super en tu camino a casa de regreso de la guardería. También puede que hayas despertado a tu bebé dos horas antes de lo habitual para llevarlo a una cita con el médico, solo para estropear su programa de siesta para el resto del día.
Escenarios como estos son muy comunes en el ajetreado mundo de la crianza y el cuidado, pero ilustran precisamente lo importante que pueden ser las rutinas de los bebés y los niños pequeños.
Los muchos beneficios de las rutinas
Siempre aparecerán acontecimientos imprevistos que son inevitables, pero aquí está la razón por la que seguir una rutina tanto como sea posible puede ayudar a que los días de tu bebé transcurran más fácilmente:
Las rutinas ayudan a tu bebé a sentirse seguro
Tu bebé busca respuestas en ti. ¿Qué es lo que viene ahora? ¿Qué debo esperar? Estas son las preguntas que pasan por su cerebro mientras intenta anticipar lo que va a pasar a lo largo del día. Cuando sepa qué esperar, no habrá sorpresas que puedan estropear sus planes. Sabrá que puede confiar en la rutina que siempre ha tenido para mantenerse calmado y relajado.
Las rutinas reducen la ansiedad
Cuando tu bebé sepa lo que va a pasar en su día, no se quedará ansioso, preguntándose qué es lo que sucederá. Las rutinas ofrecen estabilidad y seguridad en lugar de «qué pasaría si» que, a esta edad, puede producir un alto nivel de ansiedad. Incluso si tu niño está pasando por una situación estresante, como el entrenamiento para el control de esfínteres, seguir su rutina habitual con todo lo demás puede ayudarle a superarla.
Las rutinas ayudan a tu bebé a desarrollar independencia
Una rutina mantiene a tu bebé concentrado en las cosas que necesita hacer cada día, como comer, jugar y aprender. Cuanto más consistente sea su rutina, más aprenderá lo que viene a continuación y podrá prepararse para ello. Empezará a aprender cuando sea el momento de cambiarse, desayunar, leer un cuento y bañarse, y se sentirá seguro de lo que puede hacer para prepararse para cada parte del día.
Las rutinas ayudan a llevar un horario de sueño y alimentación saludable
Todos los niños (¡y los adultos!) pueden prosperar con un horario constante de comida y de sueño, pero los bebés y los niños pequeños todavía están aprendiendo a entrar en el ritmo de la vida diaria. También necesitan mucho tiempo de descanso para mantener su desarrollo. Un horario fijo para dormir, tomar la siesta, levantarse y comer, puede asegurar que esté comiendo y durmiendo regularmente para obtener toda la energía que necesita para crecer y desarrollarse.
Las rutinas pueden fortalecer los lazos familiares
Cosas como la hora del baño, la hora de comer y la hora de los cuentos forman parte de las rutinas que pueden crear un fuerte vínculo familiar entre tú, tu bebé, sus hermanos y otros miembros de la familia. ¡Que todo el mundo participe en la acción! Tu bebé aprenderá que estos momentos especiales de unión son algo en lo que puede confiar.
Mantener la paz con las rutinas
Estos consejos te pueden ayudar a asegurar que la rutina constante que establezcas para tu hogar mantenga al bebé tranquilo y seguro:
- Utiliza medios visuales, construye una secuencia de imágenes para ayudar a tu niño a saber lo que viene a continuación en su rutina diaria.
- Haz que su rutina sea una mezcla de necesidades (dormir/siestas, comer, bañarse) y diversión (leer, jugar, actividades al aire libre).
- Permite cierta flexibilidad en caso de que surjan acontecimientos imprevistos, pero avisa a tu niño con suficiente antelación y recuérdale lo que va a cambiar.
- Ajusta tu rutina a medida que se hace mayor para dar espacio a nuevas responsabilidades, cambios en las comidas y en las horas de la siesta, etc.
- Dale a tu niño algunas opciones, como por ejemplo si quiere leer o bañarse primero antes de acostarse.
Las rutinas le dan a tu bebé un sentido de estructura que también le ofrece un manta de seguridad. Elógialo cuando se ciña a cada tarea. Estarás en camino a un patrón de comportamiento predecible que puede eventualmente prepararlo para el éxito en la guardería o en el preescolar.